El viernes pasado se dio muerte al dictador de Libia por 40 años, Muamar Gaddafi, con esto se depuso la guerra y la revolución interna que tuvo al país y al mundo entero por más de 8 meses en estado de alerta. Si bien, este suceso marca un antes y un después en la historia de este país, el período de transición y reconstrucción llevará un buen tiempo. En este proceso, es fundamental la planificación y estrategia elegidas, y el futuro de Libia podría convertirse en un ejemplo a seguir para toda la región.
Desde Inglaterra, la UK Trade & Investment (UKTI) -un organismo gubernamental que ayuda a compañías extranjeras a establecerse en UK y a empresas inglesas para su crecimiento en el exterior-, se encuentra actualmente trabajando junto al Gobierno Nacional de Transición Libio para encontrar oficinas británicas que puedan participar en la reconstrucción de la infraestructura libia.
Por ejemplo, el aeropuerto de Trípoli, la capital de Libia, y el hospital de Misrata son los primeros dos proyectos que ya se encuentran en cartera. La industria de la construcción quiere entrar a Libia, sin embargo e incluso tras la muerte de Gaddafi, la protección y seguridad aún son factores inciertos en el país. Vuelos, visas y seguros aún son obstáculos que dificultan el ingreso de distintas empresas y profesionales.
Edward Graham de Edward Cullinan Architects comenta que actualmente Libia se encuentra en un “momento peligroso” donde los pasos a seguir “debiesen ser sobre ideas y no contratos”. Graham, quien pasó varios meses trabajando en el país, agrega: ” Un gobierno emergente y con tanto trabajo por hacer en tan poco tiempo, puede sufrir la presión por parte de grandes empresas, algo difícil de resistir”
Al parecer, hay mucho en juego y en este sentido no hay que precipitarse. La necesidad de una estrategia de crecimiento es algo fundamental y que, sin duda, todo el pueblo libio se merece. Decisiones a largo y corto plazo marcarán el futuro de esta nación, y la oportunidad de fomentar el desarrollo sostenible se encuentra allí.
La necesidad de líderes que sepan reconocer el trabajo ya realizado y la misma fuerza laboral, que no necesita ser importada. Libia tiene muchos profesionales -y arquitectos de seguro-, que con el apoyo y soporte necesarios, podrán ser capaces de llevar adelante su propio territorio.
La reconstrucción podría ayudar a la recuperación del país, otorga empleo y a su vez genera nueva infraestructura, resolviendo dos tipos de demandas inmediatas en una misma acción. Asimismo, la equidad a la hora de entregar recursos y el control de la buena gestión es fundamental para lograr resultados exitosos. El flujo económico y las transacciones que se generan en estas situaciones pueden sorprender a cualquiera.
Por último, y como opinión personal, espero que la posibilidad de hacer resurgir a Libia como un ejemplo a seguir, no se transforme finalmente en la guerra del oportunismo.
